Texto: Gabriello Chiabrera (Savona, 1552-1638)
Música: Andrea Falconieri (1585-1656)
LXX
Begli occhi lucenti
che a forza di foco
in riso ed in gioco
tornate i tormenti;
begli occhi lucenti
se tanto vi adoro
volgete pietosi
vedete, che io moro.
Appena respiro
nel grave mio duolo
e l'alma sul volo
si fa d'un sospiro;
e pure io non miro
se non feritate
cangiate costumi
o fulgidi lumi
pietate, pietate.
Bellos ojos , llenos de luz,
que a fuerza de fuego,
en risa y en juego
transforman el dolor;
Bellos ojos, llenos de luz,
si tanto los adoro
vuélvanse, compasivos, hacia mí,
fíjense que me muero. (de amor)
Apenas respiro
en mi grave pesar
y el alma se convierte
en un suspiro que vuela;
y sin embargo no veo
más que heridas:
cambien, cambien,
ojos resplandecientes,
piedad, piedad.